Primero nos miramos con mis compañeros del programa cara a cara, con las cejas extendidas, con cara rara…, pero después dijimos… ¡Y si,… vamos!
Desde el 2003 que no veía un show de la banda, época en la que aún estaba en la secundaria y ellos tocaban en el teatro del Ateneo Don Bosco, en Bernal. En esa época me gusta el género electro pop, y Miranda! era un exponente, por eso alguna vez los ví; Pero ellos ahora han encontrado su lugar al margen de esa movida.
No los volví a ver más, salvo algún show fugaz en alguna discoteca a principios de 2005 (ya practicaban ese marcado rito de bailanteros o cuarteteros, eso de pasar por 5 o 6 discotecas en una noche), un poco por descreimiento, un poco porque se volvieron extremadamente populares (mi teoría es firme, si los conoce tu abuela ya pasan una barrera de la que es difícil regresar), un poco porque ya no me divierte verlos, un poco por todo.
Nos bajamos del 130 en Libertador al 7300. Ya en el ómnibus había niñas enardecidas, muchas de ellas junto a sus madres. En el stand de prensa nos dicen que solo tenemos “cobertura” y que no pasaremos ni al campo, ni al Vip, solo a la general, la popu. Nuestro talante cambió: pasó de la risa al disimulo gestual, a la cara larga.
El programa fue respetado. Comenzaron puntuales a las nueve, cuando en las tribunas las chicas agitaban unos tubitos fluorescentes que regalaba un pelado encargado de la seguridad, que los sacaba de una bolsa de consorcio repleta. Las luces se apagaron y los artistas comenzaron la catarata de éxitos. La misma catarata la sufrieron después los fans más ortodoxos, los que estaban en el campo, delante de todo: La cortina de humo, uno de los efectos más preparados de la noche, bajaba como cascada de agua, e hizo que estos retrocedieran muchos metros porque se comenzaban a asfixiar.
Las bolas de espejos reflejaban los láseres que emanaban del techo, al ritmo de Don, Prisionero, Navidad, El Profe, Hola, Yo te diré y varios otros éxitos que poseen, con solo tres discos de estudio editados y casi todos provenientes de los últimos dos oficiales: Sin Restricciones (2004) y El Disco De Tu Corazón (2007). Estos dos larga duración les procuraron el salto a la popularidad, y les ayudó a recibir a un nuevo publico: niñas de entre 10 y 18 años, de toda clase y rango social, que, por transición, colaboraron a hacer que la banda llegara a coquetear con ritmos mucho (muchísimo) más populares como la bachata o la cumbia (ver Perfecta o No Me Celes)o que haga en vivo cobres de temas bailables como “La isla del sol”.
Temas que jamás se les hubiera ocurrido incluir en el primer Lp (Es mentira, 2002) icono del electro-pop de culto de principios de los 2000: de ese disco, esta noche, solo se despacharon con Romix, Agua e increíblemente con Bailarina, aquel tema que fue el primer corte, el tema que presento en sociedad a la banda, con un video lleno de naranja, lleno de ambigüedad y electrónica, que surfeaba sin rumbo en las madrugadas del 2000 por Mtv; Aquél video cuya canción rezaba “mezclemos nuestros colores”, aquel video que no se imaginaba que la banda de Ale Sergi, Lolo, Juli Gattas y Monoto pudiera haber vendido miles de discos en toda Latinoamérica a través de una multinacional, que no se imaginaba que hoy pudieran estar haciendo cumbia, en Obras, con un ballet bizarro de fondo (integrado por integrantes de todas las tribus urbanas y hasta un caracterizado travesti) y siendo observado un publico repleto de pre-teens con sus mamás coreando en sus espaldas.
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