A medida que comenzó esta gimnasia diaria de la escritura de un blog (hace unos cuantos meses abrí mi espacio personal) y a medida que fué apareciendo la posibilidad de cursar materias más orientadas a la producción periodística y estilística, pudimos afianzar una amistad que, como cualquiera, tiene sus traspiés, enojos y aprendizajes, pero que siempre conduce a un futuro de unión, consolidación y confraternidad. Creo que es importante no caer en lugares comunes y agilizar a diario nuestro trabajo para conseguir el ritmo ideal.
Explayarse y fluir, encontrar en el papel un método de expresión adecuado para poder redondear las ideas que se vienen masticando. Plasmar de la mejor manera sentimientos, dudas, emociones, preguntas, preocupaciones, gustos, definiciones, noticias. Dejar en claro aspectos, ahondar en las descripciones, que las palabras sepan funcionar como auxiliares de exploración, para lograr una descripción del mundo en unas pocas letras. Desglosar los pensamientos, ordenarlos y darle un sentido, desde lo estructurado hasta lo artístico, desde lo mero descriptivo hasta la opinión, desde lo ensayístico hasta las critica, desde lo informativo a lo abstracto.
Adaptarse a las necesidades de un texto es una premisa ineludible. Se debe lograr un mancomunion entre lo que queremos decir y la manera en que lo decimos: ver hacia donde vamos y hasta donde llegamos o llegaríamos con eso, y sobre todo para quien y como. Es importante poder satisfacer las dudas que al otro se le originan.
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