En este relato encontramos un dialogo más intimista y personal, con tono de confesión mas que de respuesta útil y concreta. Hay nuevamente un discurso de sometimiento como el primer y el tercer texto (los someten para que se rían, y los someten porque piensan diferente), ella se sentía resignada hacia ese sometimiento. Hay también un constante exceso en la descripción, que hace que todo suene a crónica macabra o intento de demostrar un nivel económico o una marca de época. Aquí hay un solo entrevistado que se abre y juega con los limites, rogando que se guarden los códigos.
Crónica 3: El caso Poblete. La fuerza del cariño – Leila Guerreiro (desaparecidos)En el caso de la crónica de Guerreiro es diferente, porque el testimonio fuerte no es uno, como sucede en el caso anterior, sino que son varios, que convergen en el sentimiento sobre una historia; y a diferencia del “de los reidores”, aquí se toca un tema en tiempo pasado, o en presente pero rememorando u anhelando haber podido cambiar el pasado. En la primera crónica solo se hablaba de cómo se sentían las personas en el presente, y era muy breve la reseña de su pasado y su llegada al lugar. En el segundo se recreaban historias pero se hablaban de sentimientos actuales. Aquí, se juega quizá con el golpe bajo del relato, pero obviamente es parte el obstáculo clásico que se presenta ante el tema elegido. Se recurre constantemente a rememorar, se definiría más como un relato de época que como una declaración de sentimientos actuales. Probablemente sea, de los tres, el que tenga más carga de archivo, recopilación y orden de datos, fundamental en recuentos históricos de la Argentina reciente, como lo es este.
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