El género entrevista permite una nueva mirada en torno a la investigación periodística. Es el retrato de la fuente misma, y por ende, el reflejo de una profundidad inusitada mediante pasos sumamente simples: la pregunta, la indagación profunda, la repentización y anticipación, y la repregunta en el caso de ser necesaria.
La indagación a personas directamente asociadas con el hecho puntual, es el camino más fidedigno hacia el canal que popularmente conocemos como entrevista. Este clásico y específico método dialogal tiene vigencia por su impronta y sus probados resultados. La formulación de las preguntas correctas, la demostración de proximidad con el entrevistado y la buena actitud, interpretación y desgravación de las respuestas por parte de entrevistador dan como el resultado que el efecto deseado por ambas partes se vea finalmente plasmado.
El género tiene mucho de impronta, lugares comunes y expectativas de ambas partes, lo que puede terminar mostrando lados oscuros o impresiones no deseadas, estando siempre el borde de la bajada de línea o de la incitación a decir (por parte del entrevistador) cosas que no son.
Vamos a ver como nos va con nuestras entrevistas.
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